Una de las ciudades que me han decepcionado más ha sido Venecia. Siempre en mente a Giacomo Casanova saltando de buhardilla en buhardilla de una lujosa ciudad con románticos canales y gondoleros cantando el O sole mio. Famosa por sus carnavales, entre otras cosas, Venecia me resultó ser una ciudad aburrida, más bien sucia (tanto los callejones como los canales) y decepcionante en cuanto a sus taaaaan famosos carnavales. Cierto es que yo llevaba en mente la concepción del carnaval canario o brasileño, pero es que aquello era una especie de carnaval VIP: sólo se disfrazaban unos pocos muy contados, eso sí, con unos trajes espectacularmente trabajados, pero sin esa cercanía del pueblo que se siente en esa fiesta celebrada en otros lugares. En resumen, era una fiesta para unos pocos.Siempre que quiero hablar de la gente dual pienso en Venecia, en sus trajes elegantes, en sus máscaras. Gente dual es como defino a aquell@s que dicen una cosa y piensan otra, o viceversa. Me resulta cuando menos inquietante conocer a gente a la que se le llena la boca con buenas palabras y, no mucho más tarde, te das cuenta de que su nivel de compromiso con los demás es escaso. Bueno, es escaso cuando no se trata de especímenes tremendamente egoístas, que los hay.
Lo siento, Giacomo, no es nada personal


