afuera, afuera nadie duerme hoy.
La última guerra se produjo en 1941. Dice la doctrina diplomática que para que haya una guerra debe declararse. En 1941, el embajador japonés en los EEUU les declaró la guerra. A continuación sobrevino Pearl Harbor, y posteriormente, Hirosima y Nagasaki:
Silban afuera las sirenas del peligro
mientras despliegan sus escamas de aluminio
afuera, afuera de esta habitación.
Entonces, ¿se supone que no ha habido más guerras desde 1945? Técnicamente no, la terminología los denomina conflictos armados. Pero esto es como follar o hacer el amor, puedes llamarlo como quieras, pero objetivamente es lo mismo. Da igual que se trate de una guerra o de un conflicto armado, la realidad es que muere gente por el capricho de unos pocos. Estoy seguro que cuando los republicanos sacaron a los niños de las escuelas para combatir a las tropas fascistas en la Batalla del Ebro esos críos se preguntaban, fusil en mano, qué tenía que ver con ellos, con su familia, esa guerra, por qué les sacaban de la plaza de su pueblo, donde estabas sus amigos, sus novias de infancia, para ir a morir de frío a una trinchera. Y me viene a la cabeza la canción de la infancia Madre anoche en las trincheras, que aún canto para mí cuando salgo a alguna misión complicada.
Gritan afuera las chimeneas
afuera están ardiendo
Actualmente existen al menos treinta conflictos armados que no aparecen en los medios de comunicación porque no hay petróleo, o uranio, o gas natural, o diamantes en su territorio. ¿Por qué una vida en Iraq vale más que una vida en Sri Lanka, Costa de Marfil o en Angola?
Sé que todos tenemos problemas: las hipotecas, sentimentales, enfermedades, traumas no superados, la soledad,... pero esos mismos problemas también existen en Nepal, Liberia o Senegal, bueno, posiblemente el problema de las hipotecas allí no lo tengan. Sea como sea, además de esos problemas se enfrentan a la vulneración de los derechos humanos elementales día sí y día también, a la corrupción, a las guerras étnicas, al terrorismo,...
J. , a quien debo la canción que estais leyendo (del último album de Mclan), me preguntaba que por qué he decidido hacer que mi vida gire en torno a mi trabajo. Supongo que sea cual sea mi respuesta, nunca va a dejar a J. satisfecha, pero creo que se aproximaría bastante si digo que he visto y he creído, he tocado y he sentido, porque los medios de comunicación nos presentan todo esto de una manera tan irreal que parece ficción. Podéis creerme, la realidad supera a la ficción. Y lo peor es el sabor amargo de no poder hacer más, de muchas veces ser un mero espectador de un genocidio, de una injusticia.