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Tratado de la introversión de un extrovertido
sábado, 14 de julio de 2007
Miro desde lo alto del mástil de mi barco y observo arena blanca hasta donde llega el horizonte. Más allá no lo puedo más que adviniar, pero ¡por las barbas del Capitán Drake, estoy seguro de que este mar de arena se extiende hasta el infinito!. Me giro en este estrecho espacio de madera para otear el horizonte en busca de lo que sea, un penacho de humo, un brillo lejano, otro capitán Sparrow mirando con su catalejo, pero la respuesta es la misma: arena blanca.

Desciendo por una de las cuerdas hasta la cubierta principal, donde dos réplicas de mí mismo se afanan en una estúpida conversación sobre hacia dónde debo ir. Déjà vu. Ya estaban hablando de esto mismo con estos mismos argumentos ayer. Y hace una semana. Ni me interesa.

Desciendo al suelo arenoso a través de una de las maromas, la que une la quilla con el ancla, para ver si a la sombra de este eterno sol consigo refrescar las ideas. Miro mi brújula, pero no indica nada. Se supone que debería indicar lo que deseo, pero veo que no es así. ¿Es que nada es como era?

Uno de mis yoes, ahora a mi lado -para variar- me comenta que esta semana he tenido no menos de dos oportunidades y no más de cuatro, y todas han desaparecido. Nunca se sabe, le replico. Y él, o yo, me contesta que lo único que es seguro es que he desperdiciado otras dos oportunidades. Y a mí me duele la cabeza. Y le digo que me deje, que siga discutiendo con mi tercer yo hacia dónde ir, que yo me voy sólo por este desierto.

Pero apenas he avanzado unos metros, cuando me doy cuenta de que estoy dando vueltas en círculo a este viejo cascarón. También percibo que mi otro yo tiene razón, que las oportunidades para ser feliz son eso, oportunidades, y que de mí depende no el aprovecharlas, pero sí el intentar aprovecharlas echando todo el fuego en el asador. Y me prometo que no volverá a pasar, que la próxima vez iré al abordaje sin importarme que las balas de los mosquetones silben a mi alrededor, pero sabiendo que es más que probable que, de nuevo, me encuentre en esta cubierta mañana, oteando de nuevo el horizonte.

Y discutiendo hacia dónde ir.
 
posted by Sam at 7:06 p. m. |


3 Comments:


At lun jul 16, 12:17:00 p. m., Anonymous Anónimo

Bueno... las oportunidades van y vienen. Ni se pueden coger todas, ni se pueden dejar pasar todas... así que ya aparecerán

 

At mar jul 17, 01:28:00 p. m., Anonymous Anónimo

Estoy de acuerdo con Lauritabrux!!
Volverán esas oportunidades!!
saludos!!

 

At jue jul 19, 02:18:00 a. m., Anonymous Anónimo

AL menos algo está claro, más vale arrepentirse de haberlo hecho que por haberlo dejado de hacer...si algo sale mal o no sale, lo peor que puede pasar es que mañana sigas dando vueltas con tu otro yo...discutiendo hacia dónde ir...