Gracias a los editores de las revistas de moda, a los programas de televisión que destruyen tu autoestima, a los cánones de belleza inventados por quién sabe qué empresario,... gracias a toda esa sociedad que quiere que todos seamos iguales e impersonales, que no tolera el defecto, gracias a todo esto estamos tan absortos en nuestro propio ombligo que no nos damos cuenta de que los kilos que nos sobran se los hemos quitado de la boca a nuestros vecinos de por debajo del paralelo 40.
Hay que joderse.