Feliz año a todos, he vuelto. No me preguntes por qué me fui, simplemente ocurrió, así como sin más he querido volver a escribir.
Empecé este artículo hablando de lo típico de lo que se habla en estas fechas, que si declaración de intenciones, que si balance de lo bueno y malo, que diría Mecano, pero la realidad es que ese no es mi estilo, ya irá surgiendo.
No, hoy el cuerpo me pedía reafirmarme, recordar por qué comencé a trabajar en lo que trabajo y cómo, a lo largo de los años, se ha ido diluyendo por todo lo que no es propiamente mi trabajo: ambiciones, reglas absurdas, abusos de poder,... Hoy necesito saber que lo que hago vale para algo, que tiene sentido jugarse la vida y, mira tú por dónde, me he encontrado con esta canción de U2, The saints are coming, que se traduciría algo así como vienen los santos, y que termina con una señal que pone not as seen on tv, es decir, no es como se ve en la televisión. Las imágenes que salen son reales, es Nueva Orleans tras el paso del huracán Katrina.
No seré yo quien hable maravillas de los ejércitos, ni diré que todos trabajamos a destajo, nada más lejos de la realidad (algunos trabajamos por todos los demás), soy el primero que desearía que no hubiese guerras, así trabajaría menos, ¿no crees?, pero la realidad es que en los años que llevo trabajando nunca he disparado una sola bala contra nadie y, sin embargo, desde el maremoto de Indonesia hasta el terremoto de Bam en Irán, pasando por los campos de refugiados de Darfur, en Sudán, las pateras de Mauritania o la guerra de los Balcanes, por poner algunos ejemplos, siempre hemos estado allí, intentando ayudar, o al menos eso quiero creer. No tiene sentido soportar todo lo demás si fuese de otra manera. La pregunta es, ¿hasta cuándo aguantaré a una sociedad egoísta que no entiende nuestro esfuerzo, hasta cuándo soportaré a unos jefes que aún creen que somos Tercios de Flandes?
En fin, hoy necesitaba algo de autoafirmación, y creo que la he encontrado. Y, de paso, he tenido una excusa para volver por aquí, a pesar de que ya aviso, vuelvo más irónico y ácido que nunca.
Lo dicho, feliz año.