Pero la música instrumental no la sabe apreciar todo el mundo. Personalmente disfruto lo mismo con el Réquiem de Mozart, con el Tubular Bells III de Mike Oldfield o con la última de Bob Sinclair. Por desgracia, poca gente saber apreciar lo básico de una canción, su melodía, lo que propiamente se puede llamar "música".
Así que, pensándolo bien, debe de ser por eso por lo que me gusta la música house o, mejor dicho, como no es lo normal, es lo que quiero. Sin letra, pero no sin mensaje. Sin alaridos, pero no sin fuerza. Sin embargo hay un problema, y es que el ambiente de la música house no es un ambiente sano.
Casi ningún ambiente de fiesta es sano, asearme y utilizar mi mejor colonia para llegar a casa oliendo a perro muerto no es sano; sonido por encima de 120 decibelios no es sano; garrafón no es sano. Pero en los ambientes house es peor.
No sé por qué mucha gente de ambiente house suele consumir drogas, concretamente cocaína. No es la primera ni la segunda vez que lo veo, una vez más el sábado pasado, y la consecuencia es que la ecuación alcohol + droga + música rítmica tiene como un resultado bastante común la violencia: raro es el día que voy a algún club house y no veo una pelea.
Así que visto el panorama, no me extraña que cada vez salga menos de fiesta, porque ese no es mi concepto de fiesta, desde luego...