What about the world today
What about the place that we call home
We' ve never been so many
And we've never been so alone.... So alone
Qué mejor que comenzar con música, ¿no crees?
Siempre he sido un tanto inquieto, tanto de espíritu como en el día a día. Inquieto no es la palabra exacta, sería más adecuado utilizar hiperactivo, necesito estar haciendo dos cosas a la vez o no soy persona. Por ejemplo, ahora mismo escucho música a la vez que escribo estas líneas, que van brotando solas pero que serán reescritas y releídas una docena de veces antes de ser publicadas. Muchas veces habré dejado artículos en el tintero porque no los consideré suficientemente buenos, aunque la idea lo fuese: si no logra transmitir, ¿para qué hacerte perder el tiempo leyéndolo?
Pues bien, en uno de esos momentos de hiperactividad, concretamente durmiendo hoy la siesta a ritmo de electrohouse -sí, es cierto, duermo la siesta con música disco- reflexioné antes de quedarme dormido sobre el nuevo concepto de enfermedad en la sociedad desarollada. Aquí, gracias a Dios, tenemos el agua necesaria para no morir de disentería, por poner un ejemplo, de manera que, en nuestro afán de complicarnos, nos tenemos que inventar nuevas enfermedades. Y ¿cuál es la enfermedad que sufre la mayoría de la gente? no, no lo vas a acertar, porque no mata directamente, no se contagia y no existe cura médica para ella...
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Vale, lo diré, creo que la enfermedad más importante a la que se enfrenta la sociedad desarrollada de hoy es la soledad. ¿Ya has acabado de reirte? bueno, quizá a ti te parezca una bobada, pero yo veo a muchos ancianos en centros geriátricos, sin techo que no sólo carecen de comida y gente hablando sola por la calle. La soledad afecta a muchos y no se cura con antibióticos.
Cuando menos resulta paradójico comprobar cómo, en la sociedad de información en la que vivimos, cuando mejores carreteras tenemos, en un momento en que casi todo el mundo tiene móvil -yo tengo dos-, que tenemos toda la información del mundo al alcance de un clic,... la sensación de soledad nunca ha sido tan patente.
¿Que sigues sin creerme? pues bien, qué me dices de las páginas de contactos, los chats,... no creo que un asiduo o alguien que incluso está dispuesto a pagar por estos servicios lo haga por diversión, seamos sinceros.
¿Estamos de acuerdo ahora? Si ya lo decía Alejandro Sanz en Mi soledad y yo.
Por cierto, la canción es We are, de Ana Johnsson, y la podrás encontrar en la OST de Spiderman 2.